El tren tiembla, no menos que la coctelera donde mantiene agitándose las emociones. En silencio entre desconocidos mira por la ventana mientras piensa en su segunda vida, aquella que deja al otro extremo de las vías por las que circulan a más de 200Kmh sus recuerdos más recientes. El paisaje es una metáfora de su ser actual, árboles plantados en la quietud de su condición, contribuyendo con la fotosíntesis invisible.

Al teléfono llegan mensajes de ánimo, apoyo; amigos y conocidos de algún evento. Demasiadas caras, demasiados nombres para recordar a todos. Dos años y medio de experiencias que alimentaron los sueños de aquel comatoso desnutrido.

La presión comprime sus tímpanos y la cabeza no pide permiso para doler, como si el aire atrapado en el vagón apretase se cráneo por las sienes tan despacio y suave que parece una caricia, pero molesta. 

La azafata aparece con algún cuento que este narrador no aprecia a comprender entre el ruido del traqueteo y su dificultad. Nadie se alarma demasiado por lo que no será grave. La palabra “incidencia” es lo único que ha quedado claro. Algo fácil de interpretar teniendo en cuenta que el tren llegó con una hora de retraso. ¡Qué jodido es no entender el habla! Te sientes como una hoja movida por el viento, sin decisión, inerte. Como un animal en libertad hasta que aparecen los problemas furtivos a darle caza, ajeno a su entorno que es ahora una amenaza oculta entre matorrales.

Pero sigue escribiendo porque la palabra cuando es escrita siempre tuvo mucho más peso que aquella que viaja por un aire tan contaminado que ni se entiende.

Y al llegar camina por el andén en cuyo campo visual se cruza una mujer de piel pálida y cabellos negros que se pierde entre la multitud y la distancia. Busca en el letrero algún tren que lo deje en casa y por suerte encuentra uno directo, ahorrando así media hora.

Este viaje termina sonriente, querido, pues bajando la calle aparecen sus tres ángeles y el más pequeñín va corriendo en cuanto le ve y le abraza. Y entonces el cóctel emocional sabe a felicidad.

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