Fue bonito mientras duró.
Bonitas fueron las lágrimas vertidas aquel septiembre de 2021 en donde dejé atrás 25 años de mi vida huyendo de unos cuantos errores y del humo de una profesión que había estado quemándome durante un tiempo.
Bonito fue que Alfonso Cuadrado y Kinafoto me salvaran la vida, casi literalmente, que me dieran la oportunidad de vivir experiencias únicas e irrepetibles, de crecer como profesional y entender un sector en el que yo mismo había fracasado pocos meses antes.
En estos dos hermosos años he aprendido a ver la vida diferente.
He aprendido de marketing, de ventas, de publicidad, de fotografía, de audiovisuales, de empresariales, de logística, de todo. Porque me encanta aprender y he tenido compañeros y compañeras de los que sacar mucho provecho.
Pasé de ser un mero creador de contenido al formador oficial de Kinafoto, con mis luchados KinaTrainings, mis Soportes para Dummies y mi único Workshop Online en el que me lo pasé increíble creando para toda la Kinafamily.
Además, hace ya casi un año, mi ambición y las circunstancias me alzaron con la responsabilidad de coordinar el marketing, algo para lo que la universidad no te prepara. Pero trabajar mano a mano con Alfonso es una lección que ningún MBA va a impartirte jamás.
Ha sido duro y bonito al mismo tiempo. Trabajar más de 50 horas a la semana tiene su precio, y su recompensa. Me llevo mucho aprendido y mucho vivido y una neuropatía auditiva. Que también me ha enseñado cosas.
Kinafoto ha sido la escuela en donde más he aprendido y aportado, y me da pena que esta etapa haya llegado a su fin. Es duro tener que soltar aquello en lo que has trabajado tanto y has puesto tanto esfuerzo. Pero después de cada gran extinción llega la evolución.
Y era momento de evolucionar ha algo nuevo, de enterrar los fósiles y dejar que crezca todo de cero.
Nunca es una despedida si dejas huella, y hemos dejado para unos cuantos siglos. Pero mucho más importante es lo que no os puedo contar. Porque en Kinafoto hemos sido siempre confianza, pasión y rebeldía. Y ya tocaba agitar la coctelera para servir el mejor cóctel que hemos podido preparar. Perdón por el mareo, con el primer sorbo se pasará, y con el segundo vais a flipar en colores.
Gracias, Y como siempre, un luminoso saludo.