Hace unas horas he tenido una conversación telefónica con un amigo. Ese amigo con el que me iría a cualquier parte del universo sin dudarlo. 56 minutos en los que hemos hablado de mí, de él, de la vida, y de proyectos. Y tras la cual me he replanteado la misma pregunta de casi cada noche.
Lo cierto es que no tengo una respuesta clara, lo cierto es que no me importa tanto el quién soy sino el quién quiero ser. Porque el soy viene determinado por un pasado que no puedo cambiar, pero el seré está repercutido por las decisiones que tome a partir de ahora.
Soy entropía, un ordenado caos de cosas que han ido sucediendo en mi vida y que por impulso, fricción, e inercia he ido atravesando.
De niño quería ser de todo, desde espía hasta albañil, pasando por arquitecto y médico. Y hoy pienso que si hubiera descubierto el mundo de la actuación, quizá hubiera podido alcanzar todos esos sueños aunque hubieran sido ficticios, pero más reales que los sueños de un niño de primaria. Lamentablemente el acoso escolar o “bullying”, como llaman los medios, te hace sentir impotente, incapaz, y hace que no puedas ni hablar en público por miedo a ser juzgado duramente, como me pasó a mí. Un niño al que un grupo de niños decidió machacar como un grupo de asteroides machaca un planeta hasta cambiar sus propiedades.
En 2012 creé WoundedWorld, un idea de empresa pensada para cambiar el mundo, mundo que como yo, estaba herido. El concepto iba desde una ética responsable con el medio ambiente hasta ideas e inventos muy disruptivos como un smartphone sin botones o un vehículo completamente autónomo. Un joven nerd de 16 años que pretendía cambiar el mundo, hasta que el mundo lo cambió a él.
En aquel entonces sentía curiosidad por la tecnología, pero como en la ESO todo eran libros sin aplicación práctica decidí no hacer bachillerato y graduarme como técnico microinformático. Entendí que los estudios pueden servir de mucho cuando el enfoque es diferente.
Más tarde quise cursar electrónica, pero atrapado en mi burbuja de ansiedad social cursé desarrollo web en el mismo instituto y fue el peor año de mi vida académica. Me sentí fuera de lugar, y comprendí que la FP puede ser igual de frustrante que un bachillerato si no das con la enseñanza adecuada.
En pleno proceso de terapia conductual para paliar mi ansiedad social salí de mi burbuja y disfruté de los dos mejores años de mi vida graduándome como Técnico Superior en Iluminación, Captación y Tratamiento de la Imagen. Lo pasé tan bien que quise ocupar el puesto de mis profesores a punto de jubilarse, pero me topé con que para eso necesitaba completar un par de pasos más.
Buscando un grado universitario que me satisficiera me ayudaron a dar con la UOC, y me matriculé en el grado que más asignaturas me convalidaba para así acabar el camino cuanto antes.
Aquí reconozco que metí la pata a medias.
En aquel momento estaba ciego por ser profesor del mismo ciclo de FP que cursé y tan feliz me hizo, pero ahora, años después, con una mente completamente diferente y mucho más ambiciosa, me doy cuenta que debía haber seguido mi instinto y haber cursado la carrera de psicología.
¿Por qué lo sé? Porque debería estar redactando mi TFG sobre un documental y sin embargo estoy escribiendo este blog. Y sí, también podría haber tomado este blog como TFG, a fin de cuentas es comunicación, es un proyecto personal y puede que en cierto modo hasta didáctico, pero ya es tarde y sí, va en línea con mi misma vida.
Como dije, la educación secundaría no me ofrecía lo que pedía y lo busqué fuera. Siempre que me he topado con resistencias he cambiado mi camino, me siento como un chorro de electrones buscando la ruta menos complicada.
Hace poco terminé un master propio de fotografía, porque odiaba a esos profesores que no tenían ni idea del tema, pero que aún así ahí estaban. Si quería dar clases de fotografía debía saberlo todo. ¡Todo! Hasta tengo libros de física que difícilmente entiendo, pero así es la luz.
¿Qué pasa ahora? Que tras toda una vida de estudios diversos. Tradicionales, oficiales, presenciales, a distancia, online, privados… tras una trayectoria profesional vinculada a la tecnología y la persuasión. Tras todo este caos que denominé entropía, he encontrado un posible orden, un posible rumbo, órbita, ecuación, respuesta, teoría, explicación… ¡Sí! Pero no ¡Sí! Pero cambiando un poquito de perspectiva.
Y es que sigue dentro de mí ese joven ambicioso, y aunque WoundedWorld ya no existe, volvió su filosofía.
Ser vegano, ecologista y divergente, no hace que el resto de las personas del mundo cambien.
Ser profesor no hará que la educación cambie, solo la que yo imparta a mis alumnos aprovechando mi libertad de cátedra.
Porque la publicidad, que no deja de ser comunicación persuasiva, no revoluciona, es un cambio temporal. Yo hago un anuncio hoy que te persuade hoy, pero mañana lo habrás olvidado. Y para que dejes de consumir plásticos, de usar combustible fósil, de ignorar que todo está cambiando, no me basta con un par de anuncios.
Y aquí está la respuesta. ¡EDUCACIÓN!
Universal, accesible, y libre. On-line, gratuita, y disruptiva.
No sé cómo lo conseguiré, pero eso es lo que quiero hacer a medio plazo. No quiero formar a mis alumnos, quiero transformar la forma que tienen de relacionarse con el mundo. Y sí, quizá es una perspectiva muy filosófica o psicológica, carreras que me hubiera gustado, pero que no estudié. La idea no es enseñar matemáticas, física, gramática o audiovisuales. Es guiar a esas mentes a encontrar su camino y proporcionarles las herramientas para que así lo consigan.
Está muy de moda el coaching, el mentoring, y el mindfullnes. Pero eso son enfoques, no fórmulas.
Y si Einstein y Hawking buscaban la ecuación que unificara todo el universo. Yo, algo menos ambicioso, busco el conjunto de metodologías que permitan conservar la esencia que en él habita.
¡Vaya! Al final sí que me puse filosófico. Y ya veis mi semejante caos. Quiero ser profesor, pero no de una materia concreta. Quiero hablarle al mundo y convencerle de que otra forma es posible. Ayudar desde la comunicación más transparente y honesta a que cada ser humano sea lo que quiera llegar a ser sin afectar el camino de otros. Porque en un universo infinito todos podemos ser infinitos sin destruir al resto.
Mi meta en los próximos años es doctorarme en educación e investigar, en la teoría y en la práctica, la manera de transformar la educación para que ningún niño acose a otro, para que ningún instituto vuelva a ser esa cárcel en la que más de una vez me he sentido apresado. Para que los planes de estudios formen mentes creativas y diversas capaces de resolver los problemas futuros, no solo los pasados. Planes de estudios que no repitan siempre lo mismo, que no se basen en tragar y escupir conocimientos, fechas… sino en aprender de la historia para emplearla en el futuro. Adaptados a cada individuo con su propio ritmo. Sea cual sea su situación, sea en España, América o África. En educar para buscar soluciones a problemas y no negocio de las necesidades.
Quiero volver a crear WoundedWorld. Quiero ser el Doctor Iván de la Torre. Aquel que de tantas vueltas que dio en la vida sin llegar a ninguna parte, comprendió que el mundo necesita girar para seguir siendo. Que como dice la canción:
“Lo dice el aire
Lo dice el viento
Que hemos nacido
Para estar en movimiento”
Universo – Efecto Pasillo (con Javier Santaolalla, mi ejemplo a seguir en esta aventura)
Porque puede que si giras y giras y giras tu punto de anclaje sea el mismo, pero has aprendido de todo aquello que te rodea, has visto tanto que puedes con mayor seguridad comprender qué sucedió. Por tanto, saber cosas distintas al que siguió recto, fuera cual fuera su dirección.
Y ahora sí, cambio de pestaña y sigo en el TFG, porque es la primera nueva resistencia que se opone a mi sueño. Y como toda resistencia genera calor, pero también luz, a costa de robarme ahora un poquito de mi energía, eso sí; pero permite que este circuito que es mi vida se complete para mañana funcionar a pleno rendimiento de forma óptima.
Hablo como si supiera de electrónica porque sigo lamentándome no haberla aprendido, como tantas otras cosas. Pero estoy tranquilo, porque si todo sale bien, antes de morir habré cumplido con todo, y habré dado respuesta a la pregunta que más me repito. Pero que no trataré hoy.